El polvo provocado por herramientas manuales como lijadoras, amoladoras, fresadoras, cortadoras, taladros, etc…para trabajos sobre materiales compuestos, fibras de carbono, de composite, de fibra de vidrio, de piedra, plásticos, metales de todo tipo… Es el MÁS HABITUAL.

El polvo provocado en procesos de aplicación e incorporación de colorantes, pigmentos, aditivos en todo tipo de industrias químicas, farmacéuticas, de alimentación, preparación de materiales compuestos, etc.

El polvo provocado en zonas de mezclas, zonas de pesadas, de dosificación, etc.

Siempre que se pueda con colectores acoplados en las herramientas, donde esté la herramienta está la aspiración.

Si el polvo se desprende en una zona localizada y con una salida a baja velocidad una buena solución son los brazos articulados posicionables con diferentes tamaños de campana, longitudes y diámetros para cubrir la zona y que quede ubicado por debajo de las vías respiratorias del trabajador.

Si el polvo se desprende a baja velocidad, pero en una superficie amplia la solución son campanas fabricadas a medida con lamas de cerramiento para extraer sólo el caudal necesario.

Si el trabajo se realiza en piezas sobre bancos o mesas de trabajo la solución ideal son las mesas con aspiración frontal y descendente, el operario sólo tiene que trabajar en la superficie del banco.

Si las piezas son muy grandes y no se pueden posicionar en un banco o mesa de trabajo la solución son los paneles frontales de aspiración de diferentes longitudes de ancho.

Y para el polvo que no ha podido ser capturado en el origen y que se ha posado en el suelo, las instalaciones, etc… lo aspiramos con equipos portátiles o instalaciones centralizadas con múltiples accesorios para aspirar el suelo, mesas, diferentes superficies. Nunca barrer.